Turnedó con salsa de champiñones

Hace años había un sitio en Madrid, en la calle del General Varela que se llamaba Turnedó y que como su propio nombre indica, su especialidad era ese trozo de carne con una salsa de champiñones y acompañado de una fuente de patatas fritas. La verdad es que íbamos a menudo, sobre todo porque trabajábamos cerca y nos gustaba. Con el tiempo, lo cerraron, pusieron otro y se perdió esa costumbre de comer esa carne. Tipicamente es un corte de solomillo que se rodea de tocino blanco (o bacon) que al cocinar le da jugo. También la vas a encontrar escrita como tournedó.

El otro día lo recordamos y compramos unas piezas para poder repetir la experiencia.


Ingredientes
  • Unos buenos turnedós, de los que te entren por los ojos
  • Patatas para freir (y una mandolina si quieres que te queden bien)
  • Cebolla picada, champiñones picados y picadillo de jamón
  • Espesante
  • un poco de caldo de carne (o un cubito)
  • Brandy


Empezamos preparando la salsa, en un cazo echamos un poco de aceite, calentamos, echamos la cebolla y cuando esté dorada, el jamón, salteamos y echamos los champiñones. Removemos, un poco más de aceite, pimienta y echamos un buen chorro de brandy que perderá el alcohol rápidamente pero dará un toque dulce.

Echamos como un vaso de caldo de carne o agua y una pastilla de carne. Dejamos hervir lentamente unos minutos. Para darle una consistencia hay que usar un espesante. Manejar el espesante no es fácil so no lo haces habitualmente. Si usas tipo maizena, lo que hay que hacer es en muy poca agua fría disolvemos una cucharada y la añades al cazo, removiendo y dejando cocer un par de minutos.
Si usas agar-agar, echas un poco (poco), dejas también cocer un minuto y dejas enfriar. Según enfríe se quedará más gelatinoso. Lo cierto es que a nosotros hoy no nos quedó muy concentrado pero es cuestión de perseverar.


Mientras enfría la salsa, en la plancha preparas los turnedós. Una opción es hacerlos en el horno, sobre todo si son gruesos. Los marcas en la sartén y los metes en el horno en una placa adecuada entre 15 o 20 minutos (puedes ayudarte del termómetro dejándolos poco hechos).



Fríes las patatas y a servir, seguro que repites.




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