Revuelto de ibérico y gambas
A veces vemos una imagen e interpretamos algo diferente a lo que es aunque puede darnos ideas y es lo que nos ocurrió en la génesis de esta receta. Vimos una presentación de un plato y cada uno entendió o asumió algo diferente y al ponerlo en común se nos han abierto varias posibilidades, una de ellas, la primera que hemos hecho, es la siguiente:
Ingredientes (para cuatro personas -ver final-)
En una sartén, con un poco de aceite, ponemos la cebolla, pizca de sal y pochamos. Cuando esté a nuestro gusto, echamos los champiñones añadiendo un poco de aceite, removemos, un poco de sal y guisamos. Al poco echamos un chorro de vino blanco y a fuego fuerte, lo tenemos unos minutos.
Mientras cortamos en escalopines el solomillo y hacemos trozos pequeños. Echamos un poco de pimienta.
Cuando estén los champiñones y no haya líquido en la sartén, echamos la carne, un poco de aceite y a fuego vivo doramos por ambos lados.
Mientras, y como partíamos de gambas congeladas (dejadas descongelar), en una sartén aparte, un poco de aceite, unas láminas de ajo y cuando esté caliente, echamos las gambas y salteamos a fuego vivo también. Un poco de pimentón (picante) al final le da un toque.
Cuando estén las gambas estará también la carne, es el momento de juntarlo sin añadir el líquido que previsiblemente tengan las gambas. Removemos un rato.
Batimos un par de huevos con un poco de sal y añadimos a la sartén, removiendo para hacer un revuelto.
Servimos junto a una tostada de pan de molde.
Creo que le hubiese ido muy bien algo verde el tipo perejil picado o mejor, cebollino. La próxima vez.
También será una variación montarlo, en vez de con huevo, arroz blanco.
Las cantidades que indicamos para cenar resultaron adecuadas si comes con cabeza pero les gustó tanto que les supo a poco y podía haber puesto más (opinión generalizada).
Ingredientes (para cuatro personas -ver final-)
- 1/2 Solomillo cerdo ibérico
- 200 g. Gambas
- Un puñado de Champiñones
- 2 Huevos
- Cebolla, aceite, sal, pimienta, ... (lo típico)
Mientras cortamos en escalopines el solomillo y hacemos trozos pequeños. Echamos un poco de pimienta.
Cuando estén los champiñones y no haya líquido en la sartén, echamos la carne, un poco de aceite y a fuego vivo doramos por ambos lados.
Mientras, y como partíamos de gambas congeladas (dejadas descongelar), en una sartén aparte, un poco de aceite, unas láminas de ajo y cuando esté caliente, echamos las gambas y salteamos a fuego vivo también. Un poco de pimentón (picante) al final le da un toque.
Cuando estén las gambas estará también la carne, es el momento de juntarlo sin añadir el líquido que previsiblemente tengan las gambas. Removemos un rato.
Servimos junto a una tostada de pan de molde.
También será una variación montarlo, en vez de con huevo, arroz blanco.
Las cantidades que indicamos para cenar resultaron adecuadas si comes con cabeza pero les gustó tanto que les supo a poco y podía haber puesto más (opinión generalizada).
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