Pasta fallida (o como hacer un quiebro en la cocina)

A veces se te ocurren cosas que por circunstancias fallan cuando las llevas a la práctica. El otro día, en el Super, viendo las pastas que tenían, vi unos caracolitos de tamaño Jurásico y pensé en qué se podría hacer con ellos salvo cocerlos y salsa.
Inicialmente no me vino nada y al rato, en otro lineal me vino la idea, volvimos y  los cogí. Pensé en hacer una bechamel ligera y rellenarlos una vez cocidos al 80% para que luego se terminasen de cocer añadiendo una bechamel por encima en plan plato superpreparado


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Con esa idea, empezamos a preparar una salsa carbonara típica, cebolla picada que empezamos a pochar, bacon finamente picado que añades después y champiñones, también finamente picados que terminas añadiendo y esperas a que se haga. Después, unas cucharadas de harina, cocinas y empiezas con la leche a hacer la bechamel

Nota: El otro día Berasategui hacía la bechamel fuera del fuego, para ello, cocinaba bien la harina y luego, con leche caliente, fuera del fuego, hacía la masa y la verdad es que le quedó fenomenal y sin grumos. La próxima vez lo intentaremos, nos dimos cuenta pero teníamos la leche fría en ese momento.

Pusimos a cocer la pasta, abundante agua, un chorrito de aceite para que no se peguen y al empezar a hervir, sal abundante pero, aquí apareció el problema. Aunque en la bolsa hablaba de 12-15 minutos de cocción y mi planteamiento era dejarlos 10 para que luego se terminasen de hacer, vimos a los 8 minutos que una gran parte se habían roto por la mitad por lo que de rellenar, nada. ¿Fracaso?, bueno, para el plan que tenía si, para salir del paso, buscar solución.

Cogimos una fuente de horno, pusimos una cama de tomate y orégano y terminamos de cocer en tiempo la pasta,




Mientras, aligeramos un poco más la bechamel con un poco de agua de cocción de la pasta.

Escurrimos la pasta, la mezclamos con la bechamel y lo echamos en la fuente.
A la vez, preparamos un poco más de bechamel, esta vez, estándar (con un poco de nuez moscada, eso si) para cubrir la pasta. Rallamos parmesano y al horno a gratinar.

Lo cierto es que cuando bajaron a comer los chicos, que no sabían lo de nuestro intento, empezaron, como siempre, que querían más, ajenos a nuestra pequeña desolación por lo que, efectivamente, hay que tener plan B en caso de problemas.


De cara al futuro, buscaré otra pasta grande y volveré a intentarlo.

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