Conejo marinado
La carne de conejo no siempre es fácil de comer. Por un lado, en el típico arroz está bien aunque no destaque mucho más allá de la incomodidad por el tamaño de las piezas y por otro, en guisos, no siempre se le da un toque distintivo ya que es una carne un tanto especial y muchos condimentos ni los nota.
El otro día Robin Food hizo un guiso de conejo aprovechando que un amigo le había mandado unas pimientas palmeras y unas papas. La receta que sigue está basada en ese programa aunque con una ligera variación ya que no dispongo (ni conozco) de pimientas palmeras por lo que voy a usar carne de pimiento choricero.
El plan es darle un gusto profundo a la carne y creo que el efecto se consigue.
Es una receta a planificar con anticipación ya que consta de un trabajo previo de marinado, preferentemente el día anterior para al día siguiente cocinar.
Los ingredientes que utilizamos fueron, para los cuatro:
El otro día Robin Food hizo un guiso de conejo aprovechando que un amigo le había mandado unas pimientas palmeras y unas papas. La receta que sigue está basada en ese programa aunque con una ligera variación ya que no dispongo (ni conozco) de pimientas palmeras por lo que voy a usar carne de pimiento choricero.
El plan es darle un gusto profundo a la carne y creo que el efecto se consigue.
Es una receta a planificar con anticipación ya que consta de un trabajo previo de marinado, preferentemente el día anterior para al día siguiente cocinar.
Los ingredientes que utilizamos fueron, para los cuatro:
- 1 Conejo en trozos con su hígado
- Primer marinado o adobo
- Dientes de ajo
- Carne de pimiento choricero
- Hierbas (Perejil, Hierba buena, Tomillo, Orégano)
- Laurel
- Sal, pimienta (bolas)
- Aceite de oliva
- Vinagre
- Un chorro de brandy
- Segundo marinado
- El hígado del conejo frito
- Concentrado de tomate
- Pimentón (picante si quieres)
- Un poco de agua
- Un diente de ajo
- El aceite de la fritura (ya verás después)
Empezamos preparando el conejo en trozos adecuados y limpiando la poca grasa que tienen, sobre todo al lado de los riñones. Reservamos el hígado.
En un mortero majamos los dientes de ajo (a tu gusto, yo puse dos), las hierbas cortadas, el laurel, un poco de sal y cuando está hecha una masa lo pasamos a un bol de cristal y añadimos aceite de oliva, un chorrito de vinagre y añadí un chorro de brandy. Remueves todo bien y salpimentas.
Ahora hay que pasar en una fuente grande el conejo y el adobo. Para extenderlo bien usé el pincel. Cuando terminé, papel film y a la nevera hasta el día siguiente.
Al otro día, en una cazuela baja y que luego puedes usar para la cocción final, fríes en aceite suficiente las piezas de conejo, más bien fuerte (aunque saltará todo y te tocará limpiar después). Vas poniendo las piezas en una fuente por si puedes recuperar jugo. El hígado también lo fríes y lo echas en un vaso para la batidora.
En ese vaso batidor echas también ajo (yo eché uno), un poco de concentrado de tomate (podría usar también carne de pimiento pero podría ser ya fuerte y repetitivo), pimentón (una cucharadita) y el aceite de la fritura del conejo, tampoco todo y en la cazuela tampoco lo dejes si sobra.
Se bate bien y se añade agua para obtener una salsa no muy fina pero tampoco espesa.
Vuelves a poner todo el conejo en la cazuela y vuelcas el contenido del vaso batidor. En mi caso no quedó nada del adobo inicial, si no, lo hubiese volcado también. Ahora habrá que cocer lentamente y tapado al principio para terminar de guisar el conejo. Si ves que ha quedado escasa la salsa podrías añadir agua sin cubrir el conejo.
Quince minutos puede ser suficiente para la cocción y al final viene bien reducir la salsa si está ligera quitando la tapa.
Acompañarlo, de lo que se te ocurra, Robin Food tenía papas arrugadas pero yo no (y bien que lo siento porque me encantan y contó como hacerlas) por lo que hice unos dados de patata frita.
Espero que os guste.
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