Solomillos de cerdo al queso

No hay nada como comentar en voz alta para meterte en líos. Teníamos unos solomillos de cerdo para preparar porque es una carne agradable y fácil de hacer y pensábamos hacerla con unos champiñones guisadas pero, esta mañana, al terminar de desayunar se nos ocurre comentar lo de la comida y uno de los nenes dice que él los quiere con salsa de queso y claro, la pregunta básica, ¿tenemos algo de queso?. Indudablemente en la nevera siempre hay algo de queso pero rallar queso semicurado con mozarella, parmesano y algún otro podría no ser una buena idea por lo que hemos buscado otra solución y hemos optado por usar uno de esos socorridos sobres de salsa de queso para la pasta con un toque de queso de cabra y los champiñones, rehogados como acompañamiento.
La receta en sí es simple, hacemos escalopines de los solomillos, salpimentamos, sofreímos y retiramos. Picamos ajo, cebolla y un poco de pimiento verde (mucho pimiento mata el sabor de cualquier cosa, asi que optamos por un poco) y pochamos en la grasa de freír los escalopines. Vino Blanco para perfumar (eliminando el alcohol) y el sobre de salsa de queso y unos círculos de rulo de queso de cabra. Para que no se pegue y no quede muy espeso, un buen chorro de leche y cuando está todo bien ligado, echamos la carne que tiene un jugo que va a juntarse con la salsa dando una buena consistencia. Un poco de sal y lo tenemos junto guisándose 5-10 minutos.
Lo hemos comido por ahí en plan solomillo a la plancha y salsa por encima pero creemos que el guiso aporta más.
Como decía, mientras hemos preparado unos champiñones tradicionales de acompañamiento.
La foto no le hace la justicia a lo bueno y suave que estaba.